- La Primera Infancia, según Jaramillo (2007), abarca desde la concepción hasta los siete años. Durante esta etapa, se establecen los cimientos para el desarrollo en áreas como la motricidad, el lenguaje, la cognición y la socio-afectividad. Es una etapa crucial en el desarrollo de los niños, ya que de ella depende su evolución posterior en diversas dimensiones.
- La Segunda Infancia comprende las edades de 8 a 10 años y se enfoca en la educación básica. Durante esta etapa, se promueve el desarrollo de las potencialidades de los niños, su integración en la comunidad y el aprendizaje de contenidos culturales.
- La Tercera Infancia, según Terranova et al. (2020), abarca las edades de 11 a 14 años y es una etapa de transición hacia la adolescencia. Durante este periodo, los niños experimentan cambios físicos, emocionales y sociales significativos, y comienzan a desarrollar una mayor autonomía y sentido de identidad.
A nivel mundial, según las estimaciones de la UNICEF para el año 2021, más del 13% de los adolescentes entre 10 y 19 años padecen algún tipo de trastorno o problema psicosocial. Esto representa un total de 80 millones de adolescentes en el grupo de 10 a 14 años, y otros 86 millones en el grupo de 15 a 19 años. Estos datos resaltan la significativa prevalencia de problemas de salud mental en la población adolescente, lo que recalca la urgente necesidad de abordar adecuadamente estas cuestiones para asegurar su bienestar emocional y un desarrollo saludable durante esta etapa crucial de sus vidas.
En América Latina y el Caribe, según las estimaciones de la UNICEF para el año 2021, aproximadamente 16 millones de adolescentes entre 10 y 19 años viven enfrentando trastornos o problemas psicosociales. Las principales causas de mortalidad en este grupo incluyen la violencia interpersonal y las lesiones de tráfico, junto con el suicidio, que también genera preocupación. Además, existen otros riesgos como el ahogamiento y la leucemia.
En relación al desarrollo psicosocial, es importante mencionar las teorías psicosociales, ya que proporcionan un marco teórico fundamental para comprender el desarrollo humano y la interacción del individuo con su entorno. Estas teorías ofrecen perspectivas valiosas sobre cómo los niños y adolescentes se desarrollan física, emocional y socialmente, y cómo estos procesos influyen en su identidad y bienestar a lo largo de la vida (Chirivella, 2021).
Diversos psicólogos han desarrollado teorías psicosociales para comprender el desarrollo humano.
- Por ejemplo, Erik Erikson planteó la teoría de las ocho etapas de la vida, en la cual se examinan las experiencias psicosociales que enfrentan los niños y que sientan las bases para el desarrollo progresivo de su identidad en etapas posteriores.
- Por otro lado, la teoría de Bowlby destaca la importancia de los vínculos afectivos en el desarrollo humano, y cómo las experiencias de separación y pérdida afectiva pueden influir en las emociones y trastornos de la personalidad.
- Jean Piaget, por su parte, enfatiza que los niños construyen su conocimiento y comprenden el mundo a través de procesos cognitivos activos. Propone que los niños pasan por cuatro etapas principales en su desarrollo intelectual: la etapa sensoriomotora, la etapa preoperacional, la etapa de las operaciones concretas y la etapa de las operaciones formales.
- Albert Bandura sostiene que la personalidad se compone de tres elementos fundamentales: la interacción con el entorno, el comportamiento y los procesos psicológicos individuales. Destaca la importancia de rodearse de modelos que fortalezcan los valores, la autoestima y las habilidades sociales, lo que permite mejorar la calidad de vida y alcanzar un mayor desarrollo personal.
Orellana Ojeda, D. S. (2024). Manuales clínicos para la intervención psicosocial en niños según la OMS, OPS, APA y UNICEF [Trabajo de graduación, Facultad de Psicología, Cuenca-Ecuador].