El médico psiquiatra Arturo Changana explicó que el incremento de la temperatura ambiental genera desregulación de los sistemas hormonales y mecanismos cerebrales que ocasionan el aumento del cortisol (hormona del estrés) y la disminución del neurotransmisor serotonina (sustancia de la felicidad), entre otros cambios.
Añadió que todo ello desencadena en cambios emocionales como irritabilidad, impaciencia, ansiedad, frustración y el descontrol del manejo de la ira en algunas personas. Además, se presenta agotamiento y disminución en la calidad y horas de sueño, así como bajo rendimiento laboral y de estudios pues se ve perjudicada la capacidad de concentración y memoria.
En el caso del aumento de las catástrofes naturales, como lluvias torrenciales, inundaciones, sequías, deslizamientos y huaicos, se generan fuertes impactos emocionales en las personas, debido a las pérdidas de vidas y bienes materiales. Ello podría implicar la aparición de trastornos mentales, como depresión, ansiedad, trastorno por estrés agudo y de estrés post traumático a largo plazo.
El médico psiquiatra señaló que diversos estudios demostraron estos efectos en la salud mental como consecuencia del cambio climático. “Los más vulnerables son las personas que ya padecen de trastornos mentales, así como niños, adolescentes y adultos mayores”, subrayó.