La realidad de la salud mental en el fútbol




Horacio Benincasa, jugador del Alianza Atlético de Sullana, dejó de lado un poco el ámbito deportivo en una conferencia de prensa, después de jugar ante Sporting Cristal, para hablar de un tema tan importante como sensible: la salud mental y la depresión en el fútbol.

En el 2021, la FIFA lanzó una campaña en pos de la concientización sobre la salud mental en el deporte luego de que el sindicato internacional de futbolistas profesionales informara que el 23% de los jugadores en actividad sufre trastornos de sueño, un 9% sufre depresión y otro 7% ansiedad.

Detrás de cada jugador de fútbol existe un ser humano, uno que tiene una vida aparte del deporte. Ambas facetas de su vida, la de ser una persona común y silvestre, como la del deportista profesional, pueden afectar, en mayor o menor medida, su salud mental, eso es algo que tenemos que considerar.

¿Qué puede llevar a un futbolista a la depresión? La lista es amplia, y si tratamos de enfocar los problemas de salud mental que podrían generarse a partir de su faceta como futbolista, la lista se acorta, pero sigue siendo un tema complejo en donde entran a tallar varios detalles, como es la presión, la idealización, la tolerancia al fracaso y muchas otras más que trataremos de explicar de la mejor manera.

En una conversación de Perú21 con el psicólogo deportivo Christian Ungaro, vicedecano del Colegio de Psicólogos del Perú, explica que existen ciertos aspectos en el deporte que, mal llevados o sin un seguimiento adecuado, podrían afectar la salud mental del futbolista en relación a este deporte.

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“El deportista va a tener condiciones básicas que es preciso considerar, como la competitividad. Para poder lograr lo que necesita ser, muchas veces está en una imagen construida en base a confianza por lo alcanzado en entrenamiento y por lo que le proyecta ser en el desempeño, que es un riesgo, por ejemplo, de sobrevaloración de las propias capacidades”, refiere.

“Eso lo hace porque no tienen claro qué va a ocurrir exactamente en un escenario de juego, pero proyecta esa posibilidad y parte de esa confianza se nutre de una valoración, que si no es cuidada, entra en un terreno de la sobrevaloración. Parte de esa autovaloración puede terminar en una idealización, que vendría a ser, digamos, la figura negativa de este proceso de entrenamiento en el aspecto psicológico”, indica Ungaro.

Estas situaciones pueden ser potenciadas, negativamente, por agentes externos, como el contexto social, la familia, la influencia del público que, en el caso del fútbol es bastante enérgico, incluso el tema de los compañeros de equipo.

“Esto puede afectar al concepto de idealización que si no es trabajado correctamente, pues hace más vulnerable al deportista a pasar por diversas respuestas emocionales, dentro de ellas la depresión, pero no es la única”, explica el experto.

No hay que malentender esta situación y recargarle la responsabilidad de este tipo de situaciones a los propios jugadores, pues, como señalamos, existen factores externos que pueden incrementar el riesgo de que la salud mental sea afectada.


FUENTE: PERÚ21