La Psicología Ambiental como forjadora del bienestar social

Becerra-Ramírez, J. J. (2023). Más allá de los espacios físicos: La Psicología Ambiental como forjadora del bienestar social. Revista Digital Internacional De Psicología Y Ciencia Social, 9(2), e922023570. https://doi.org/10.22402/j.rdipycs.unam.e.9.2.2023.570

La inversión en la comprensión y aplicación de la Psicología  Ambiental  se  presenta  como  una  vía  prometedora  para construir sociedades más fuertes y armoniosas para el  futuro,  jugando  un  papel  crucial  en  la  promoción  de  comportamientos  proambientales,  pues  al  ser  capaces  de  comprender  las  motivaciones  psicológicas  detrás  de  las  acciones  que  afectan  el  medio  ambiente,  es  posible  diseñar estrategias efectivas para fomentar prácticas más sostenibles. Esta disciplina nos puede brindar importantes recomendaciones  para  mejorar  nuestra  calidad  de  vida,  tales como pueden ser, ventilar las viviendas varias veces al día, aprovechar la luz solar natural siempre que sea posible, y ser conscientes de cómo el ambiente es capaz de influir en nuestras conductas, emociones o decisiones.La conciencia y comprensión de cómo el entorno influye en nuestras decisiones diarias pueden ser funda-mentales para impulsar cambios positivos en la sociedad, sobre todo al integrar el conocimiento sobre el impacto psicológico del entorno en la planificación urbana, diseño  arquitectónico  y  desarrollo  comunitario,  seremos  capaces de construir sociedades más saludables, sostenibles y centradas en el bienestar humano, siendo ésta una estrategia clave para abordar los desafíos actuales y construir un futuro más equitativo y resiliente. Se debe destacar la importancia que tiene la Psicología  Ambiental  para  la  humanidad,  al  tratarse  de  una  disciplina  que  examina  la  interacción  entre  el  entorno  físico y el comportamiento humano, jugando un papel crucial en la configuración de nuestro bienestar social y emocional, a medida que la sociedad moderna enfrenta desafíos cada vez más complejos, por ende el bienestar social se define a menudo como el estado general de prosperidad y felicidad de los individuos que componen una  sociedad,  este  enfoque  destaca  la  importancia  de  factores  como  la  igualdad,  la  justicia  social  y  el  acceso  equitativo  a  recursos  y  oportunidades.  

Al  examinar  cómo las estructuras sociales y las políticas influyen en la  distribución  de  estos  elementos  clave,  y  cómo  estas  distribuciones  impactan  en  última  instancia  el  bienes-tar colectivo, resalta la perspectiva económica, pues el bienestar social se vincula a menudo con la noción de desarrollo económico, de aquí,  que la riqueza material y la capacidad de una sociedad para satisfacer las necesidades básicas de sus miembros son consideradas indicadores  cruciales  de  bienestar,  sin  embargo,  esta  perspectiva ha evolucionado para reconocer que el bienestar no se mide únicamente en términos de crecimiento económico, sino también en la distribución equitativa de los beneficios de ese crecimiento.Ahora bien, en términos psicológicos, el bienestar social abarca el nivel de satisfacción y la calidad de vida emocional  de  los  individuos  dentro  de  una  sociedad,  esta perspectiva se centra en aspectos como las relaciones interpersonales, el sentido de pertenencia y la salud mental. Un enfoque psicológico integral considera tanto factores individuales como contextuales, reconociendo que la salud mental de un individuo está intrínsecamente conectada al entorno social que lo rodea.En conclusión es importante para el bienestar social de la humanidad mejorar la relación de las personas con su entorno y promover un ambiente más saludable y sostenible, revelándose como una estrategia clave para abordar los desafíos contemporáneos y construir un futuro más equitativo  y  resiliente,  al  integrar  principios  ambientales  en la toma de decisiones, planificación urbana y diseño de  políticas,  es  posible  crear  entornos  que  no  solo  sean  sostenibles  desde  el  punto  de  vista  ambiental,  sino  que  también promuevan la salud mental, la equidad social y la capacidad de adaptación frente a desafíos futuros. Este análisis no solo ilumina el terreno actual sino también  arroja  luz  sobre  los  horizontes  futuros,  donde  la psicología emerge no solo como un observador, sino como  un  agente  proactivo  en  la  construcción  de  un  bienestar social duradero y equitativo. En última instan-cia, este viaje reflexivo nos invita a cuestionar y redefinir el papel de la psicología en la búsqueda incesante de so-ciedades que florezcan no solo en términos de progreso material, sino también en el florecimiento continuo de la salud mental y el bienestar social.